Con mi cabeza en el espasmo, randomizada por las circunstancias antes dichas, hoy me levanté con ánimo de escribir sobre el tema del Narco. No había tenido ni tiempo, ni internet. Por eso apenas hoy que estrenamos nuestro contrato de internet (… siento más felicidad que si siguiera robándolo) hice una búsqueda rápida en nuestros medios nacionales y mi favorito: el Espectador. La sorpresa: pura crema en ese periódico! Encontré un maravilloso artículo de opinión del buen Monsi. Que no claudica ante su brillante pluma y da un mensaje analítico sobre su conocimiento en el tema del narcotráfico.
No se si sugerirles que leyeran primero el texto de Monsivaís o mis inquitudes… les dejo el link para ustedes lo decidan.
http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/articulo-del-levanton-de-algunas-hipotesis-sobre-el-narco?page=0,0
(Copien y peguen en su buscador, que no se hacer el hipervínculo)... o den clik en la imagen de Pablo Escobar
Si después de haberlo leído, concluyen como yo, en quedarse con un buen sabor de boca y satisfecho con un texto impecablemente escrito, no me aguito si deciden no volver a mi blog. Jajaja
Ahora bien, para los atrevidos que decidieron seguir la lectura, allí les va.
El tema me inquita, me declaro una neófita, pero el sentido de este ligero aporte es porque me encuentro en un país cuya experiencia en narcotráfico hace recordar aquellos años ochenta y noventa, donde los índices de violencia eran enormes, donde mataron a 4 aspirantes a la presidencia en un periodo de no más de 3 meses. Donde salir a la calle implicaba un peligro, un país con toque de queda, estado de alerta y Estado de excepción (propio de una verdadera guerra) bombas en farmacias, atentados a aviones, sicarios de motocicleta (al estilo Rosario Tijeras) capos de la guerra perseguidos por órdenes de Estados Unidos, buscando no ser extraditados. Tan irreverentes que se auto bautizaron “los extraditables”.
Aquí en Colombia y en aquellos años, la gente no se impresionaba por tener amigos, papás, tíos “comerciantes” (así les llamaban amablemente), el problema vino cuando los gringos y sus numerosas intervenciones en este país determinaron que ya no era la violencia partidista derivada en guerrillas liberales de los cincuenta, o el comunismo exacerbado de los sesenta, sesenta, sino el narcotráfico lo que había que combatir. Hoy el tema ronda en torno al “terrorismo”.
Las razones de la guerra de los años ochenta: primero el capricho, luego el sometimiento estratégico y tercero un negocio no propio (de los yankis) en su territorio. Colombia le declaró la guerra al narcotráfico hace 20 años, cuando yo apenas nacía. México la declara en 2007.
Aquí, se firmó el plan Colombia un símil de nuestro plan Mérida (por no decir el papá), se combatió tanto que luego de la captura y muerte (suicidio) de Pablo Escobar, el tema pasó a mejor vida. Se habían hecho entonces algunas gestiones legales para que quienes se habían visto envueltos en el tema lograran librarse con ínfimas penas.
Con la muerte del capo las cosas medio se tranquilizaron, aunque como característica de este tipo de organizaciones la muerte del líder no aniquila el modus, aún menos el negocio es por demás jugoso. Ahora el tema se combina con las guerrillas y las autdefenzas (paramilitares) que le entraron al negocio complicando el panorama Colombiano, la financiación en armas y en propio ejército sólo se puede sostener de esta forma.
En México no tenemos un capo tan identificado como lo fue acá escobar, ni guerrillas. La información es tan corta que nos limitamos a saber de los clásicos, Arellano Félix, el Chapo… y recientemente pues lo Zetas y la Reina del pacífico. (a lo mejor se me pasan los nombres, no estoy muy enterada de lo reciente).
Creo que la guerra ha llegado a tales dimensiones en México, que nuestro presidente por las noches pensará “Ojalá hubiera alguien a quién buscar, matar y exhibir (cuasi edad media) para acabar con esto”.
Por lo pronto “Calde” y nuestro ojiclaro secretario de gobernación durmieron tranquilos ya que el ídolo internacional veterano de guerra hollywoodense, ahora gobernador Schwarzenegger, nos dio ayer la bendición por el trabajo realizado. "El presidente Calderón es un gran líder, es un gran hombre no sólo por su relación con Estados Unidos, pero eso también tiene un efecto en la situación que tenemos en la frontera, ha disminuido el desempleo y ha hecho tantos esfuerzos en su lucha contra el narcotráfico" , refirió.
Por eso, agregó, "lo quiero felicitar por el valor que tiene por enfrentarse a estos reyes de la droga, lo vemos y lo pensamos muy alto". (Citas del Universal)
Lo cierto es que la zozobra se ha establecido en el país. Término con unas inquietudes que comparto con Monsi y que creo que al gobierno se le olvida en su lucha.
“No hay trabajo en el campo, la explotación es inmisericorde y el desempleo abierto es una epidemia. A la luz de sus haberes: el pueblo, la familia, la región, la edad, la necesidad de hacerla y la búsqueda de la aventura, estos jóvenes aceptan los riesgos altísimos en canje por el cúmulo de sensaciones y bienes. Así va más o menos, va el razonamiento: “Dame, oh narcotráfico, los alcances del dinero súbito, la licencia para convertir el asesinato en exigencia laboral, las excitaciones de la clandestinidad y del lujo o de sus alrededores asombrados, el sexo fácil, el machismo acrecentado por la droga y el trago a raudales... A cambio, te entrego mi resignación, ni modo, la vida es cosa de un ratito y a mí me tocaron las recompensas de aquí a tres o cinco años. Ahora, yerba mala, entrégame todo de golpe; luego ya veremos, traicionaré o creerán que he traicionado, me descuidaré y los del otro grupo me torturarán o me coserán a tiros, en los separos confesaré los escasos delitos que no cometí y si me va bien me enviarán a la cárcel a pudrirme, y si me va mal hallaré mi primer cementerio en una cajuela. Pero eso más tarde, luego de extraerle provecho al instante, a las horas de la impunidad cuando soy y me siento distinto, metido en lo que me rebasa y me sobreestimula”.
Creo que lo que a Monsivaís se le olvida es que organización es tan fuerte como el narco está metido en todo, no nos sorprenda ver como acá lo vimos procesos de narcopolítica en el senado o en la camara, el las alcadías, los gobiernos estatales... así descascarada. Y si nuestro caso es similar al Colombiano lo que en 2007 es narcotráfico, quizá en diez años será lucha contra el terrorismo -a menos que ya se esté haciendo algo al respecto, que no me sorprendería.