martes, 21 de abril de 2009

Discursos vacíos…incertidumbre al final del día

LOS CONSEJOS ECONMICOS Y SOCIALES Felipe Calderón agradecía la presencia del ciudadano americano Barack Obama en nuestra nación: “El pueblo y el Gobierno de México nos sentimos muy honrados, señor Presidente, por su visita. Usted representa una voz de cambio y de esperanza, la voluntad de renovación de un gobierno y un pueblo entero, que son, además, pueblo y gobierno amigos”. Las copas sonaron en señal de brindis, una nueva era en la relación de ambos países. Novísima, si y sólo si pensamos en la trascendencia de nuestras circunstancias como país, en México estamos en guerra. Así como lo expresa con sencillez Jon Elster refiriéndose a la política como el arte de atar a otros, creo pertinente que se analice las repercusiones de nuestras ataduras como país hacia nuestro vecino del norte, en su primera aproximación al tercer mundo mexicano.

La gran expectativa en el País a la llegada del presidente Obama, luego de una larga pasarela de celebridades del gabinete gringo iniciada hace más de 2 meses, para mí, se vio mermada por discursos de adulación de un lado y del otro (un clásico en la diplomacia internacional). “Lo he dicho antes y lo repito, tengo enorme admiración por el valor del Presidente Calderón y de todo su Gabinete; por los policías y los soldados mexicanos que están atacando a estos cárteles y ya han logrado muchos éxitos”. De Obama para Calderón.

Muchas peticiones, mucha esperanza, mucho verbo y pocas decisiones. El tamaño de "La bestia" (el vehículo que transporta al presidente negro) no es más que análoga al tamaño del miedo que tienen de enfrentar gringos y mexicanos: los problemas de México, el vecino incómodo.

Sugiero un link http://videos.eluniversal.com.mx/n_videos.html

Urgencias sugeridas cual cartita a Santa Clos, muy al estilo Distroller dado que las reuniones se dieron en pleno Polanco “San Barack Obama plis ayúdame a combatir contra mis propios miedos, esos que me llevaron a ser un presidente y que hoy no me dejan mimir.”

La gran frase pronunciada por Obama, ésa que nos deja en ascuas: “Pero no voy a decir que esta responsabilidad sea únicamente de México. La demanda de estas drogas en los Estados Unidos es lo que ayuda a que estos cárteles funcionen. Esta guerra se está librando con armas compradas no aquí, sino en mi país, y más del 90 por ciento de esas armas recuperadas en
México provienen de los Estados Unidos”.

Dijeron que emprenderán nuevos proyectos en materias tan importantes como seguridad, migración, competitividad y asuntos globales como el asunto ecológico, del que curiosamente sí dilucidaron compromisos. Como nunca antes lo habían decidido, arguyeron a que la lucha contra el crimen organizado transnacional se basará en la cooperación, en la responsabilidad compartida y en la confianza, en la confianza mutua.

¿De verdad Estados Unidos nos va ayudar?

La cartita sigue... y yo pregunto ¿cómo?
La confianza se basa en esa relación establecida a través de acercamientos que reiteran la actitud de uno y de otro, algo así como “nos seguiremos viendo en el futuro” y si recordamos nuestros encuentros no siempre han sido en condiciones de igualdad. A los dos presidentes les quedan cuatro años para demostrarse como gobiernos, lo que uno significa para el otro y el verdadero compromiso mutuo. ¿Nos conviene seguir siendo el patio trasero?, ¿Cuál es la estrategia a emprender?

Estados Unidos Ofrece 59 millones de dólares, a través del Departamento de Seguridad, para defender nuestra frontera común. De nuevo, qué beneficios trae para la comunidad, para la migración, para la construcción de paz, para la reparación de los daños de la violencia de Estado y no Estado. No hay respuestas, lo cierto es que hasta Janette Napolitano insiste que la verificación fronteriza no disminuirá la violencia en nuestro país. Por lo que la benevolencia con la que se dirigió el mandatario americano al pueblo mexicano queda en poco.

Ya a nivel más de moralidad discursiva, no quisiera imaginar al daño que hoy la violencia en México repercutirá para las futuras generaciones que crecen con miedo, con indiferencia a la ciudad y odio a los políticos; acostumbrados a escuchar de muerte y secuestro. Las bases sociales parecen disolverse ante la intermitencia de un estado en guerra, con pretensiones de encuentro con Estados Unidos y agarrados de un nuevo proceso electoral.

Sugiero un foto reportaje del Boston Tribune reproducida en un blog sobre el tema del narcotráfico exacerbado en los últimos meses a propósito de la frontera: http://www.boston.com/bigpicture/2009/03/mexicos_drug_war.html?p1=Well_MostPop_Emailed4.