En México hay talento e Historias para hacer buen cine: Bichir
Paloma Robles
Publicado en Días de Cine La Jornada Jalisco 19/03/2010
Lejos del ajetreo que conlleva la agenda del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), Demián Bichir relata a La Jornada Jalisco que, de acuerdo con su experiencia dentro
del mundo del cine nacional e internacional, en nuestro país no hay congruencia
ntre los productos de calidad que ofrece el talento local y el apoyo a la industria del
cine, misma que, prevé, en poco tiempo va
a cambiar.
“El público de México es uno de los
más sensibles del mundo y está listo
para recibir buen material y de primera
calidad”, refirió Bichir, quien declaró que
no se equivoca al decir que el Festival de
Cine de Guadalajara no sólo es la ventana
más importante del cine nacional, sino
que es también un mensaje –que se ha
prolongado a lo largo de 25 años– de que
el cine mexicano, a pesar del poco apoyo
económico y moral, trasciende a los gobiernos,
“este festival, por fortuna, está
blindado a prueba de sexenios”, dijo.
Bichir manifestó que para el cine mexicano
continúa siendo un problema latente
el competir contra el mercado estadunidense,
sobre todo porque se trata de la industria
más importante a nivel económico
y que, en términos de distribución, le resta
espacio a los productos nacionales.
En referencia a lo anterior, el protagonista
de Hidalgo Molière expresó que “ha
sido una labor ardua y constante el querer
convencer al público para que vea cine
mexicano y eso sólo lo puedes hacer mostrando
buenos trabajos. Decirle al público
que el cine de tu país tiene mucho más
que ver contigo que con edificios volando
y súper héroes e insistir en que en la dieta
cinematográfica de la gente incluya también
platillos mexicanos”.
Puntualizó: “Claro que para eso se
necesita que las reglas sean lo suficientemente
justas a la hora del tiempo en pantalla
de una película mexicana, yo confío en
que tanto distribuidores como exhibidores,
sobre todo estos últimos, jugarán un papel
mucho más justo en esta historia”.
–En ese sentido, ¿tendría que haber
algún tipo de política pública para apoyar
a los creadores?
–Sin duda, se necesitan reglas más
claras y justas y si no somos capaces de
adoptarlas por propia voluntad, sí se va a
tener que legislar sobre el asunto; se van a
tener que realizar leyes que puedan garantizar
reglas que sean más justas y equitativas
para todos los que hacemos cine.
–¿Para restarle poder a los monopolios
que representan los exhibidores?
–No se trata de quitar el poder o de
negarle las posibilidades de ganancia a
quien invierte en unas salas de cine, de lo
único que se trata es de entender que ignorar
al cine mexicano es una manera de
hacerse harakiri; que no darle el espacio
suficiente al cine mexicano, por ejemplo,
un par de semanas como tope para sacar
a una película de cartelera, es cometer un
crimen; que si no hacemos eso por ayudarnos
a nosotros mismos, que vamos en
el mismo barco de la industria del cine,
es terminar cometiendo –de alguna manera–
un tipo de suicidio”, declaró.
El actor insistió en que el problema
es integral y abarca a todas instancias
que conlleva la realización de un filme,
incluso la labor del crítico que, según
Bichir, también entra en esta lógica de
autodestrucción: “Es como un crítico de
cine, que con la menor desfachatez de un
plumazo te dice: ‘No vean esta película,
es una basura’. Lejos de estar haciendo
un trabajo periodístico, estás también haciéndote
un harakiri, es decir, que no es
un problema que le atañe solamente a la
gente que hace cine sino a los críticos,
distribuidores, exhibidores. Al final de
cuentas, el cine sí es una manifestación artística
que es clave para mostrarle la identidad
de un pueblo al mundo”, refirió.
–Hacer cine en México es caro y tardado.
Hábleme de su experiencia dentro de producciones
extranjeras y de las diferencias
que existen en términos de la realización.
–Hacer un película mexicana cuesta relativamente
poco en relación con una producción
de España, Estados Unidos o Irlanda.
Sin embargo, sigue siendo un problema
enorme la falta de apoyo económico en
el rubro. Calderón anunció que brindaría
estímulos para los que quisieran filmar en
México y yo digo que a eso se le debe agregar
un apoyo claro y decidido a la producciones
nacionales, sobre todo si queremos
formar industria, si queremos recuperar millones
de empleos que se han perdido. Yo les
digo que la solución está allí en el cine, en la
cultura y las artes de México. El cine tiene
que verse como arte, pero también como
negocio. Le toca también al Poder Ejecutivo
fajarse los pantalones y decir ‘va’.
Bichir reclamó que los distribuidores
sean los que se lleven la mayor parte del
pastel, “cuando quien debiera de recuperar
su lana más rápido debería de ser el
primero que la arriesgó, y no quien no
corrió ningún riesgo. Yo no estoy diciendo
de ninguna manera que alguien se quede
sin su lana o que deje de percibir mayores
cantidades de dinero, lo único que quiero
decir es que se reparta de una manera más
justa el dinero”.
–¿Qué actitud ve en la lucha por este
tipo de demandas de apoyo por parte del
gremio?
–No siento que el gremio ignore el
problema, al contrario, estamos preocupados.
No basta con decirlo, pero en
realidad es que hay gente muy importante
en las cámaras de senadores y diputados
sometiendo equis propuestas para que se
lleven a cabo estas leyes que, insisto, no
pretenden llevar a la calle a nadie, al contrario,
se pretende únicamente, que todos
ganemos y que la cultura y las artes de
este país subsistan de manera más justa.
–El futuro del cine –en términos creativos–
hacia dónde va, ¿existen buenas
propuestas?
–Si tomas en cuenta que de todo el
cine que se hace en Estados Unidos, sólo
un porcentaje muy pequeño vale la pena;
nosotros, en ese sentido, tenemos mejor
récord de bateo, porque filmando muchísimas
menos películas al año le atinamos
a más, entregamos mejores trabajos; eso
debería ser suficiente para quien sea que
quiera invertir en el cine y para quien
sea que se quiera colgar la medalla de
decir ‘nosotros hacemos buen cine para
el mundo’.
“Hay mucho talento en este país, pero
hace falta presupuesto y espacio para
apoyarlo. Siento que por este mismo problema
las formas de filmar una película
van tener que cambiar, se van a dejar de
hacer películas de millones y millones de
dólares. Lo más importante son las historias,
y aquí las tenemos; algunos seguramente
no le atinarán, pero yo no creo que
le entre alguien hacer una película y decir
‘voy hacer una basura’, no creo, aunque
sería interesante (risas)”.
–¿Cree que haya habido fuga de talentos
por la falta de incentivos dentro del
país?
–No creo que haya fuga de talento, más
bien, cuando cineastas, fotógrafos, actores
y directores trabajamos fuera de México
es porque son oportunidades que se nos
presentan y, como artista, no hay fronteras,
el arte es lo único que trasciende perímetros
geográficos, entonces, cuando se presentan
esas oportunidades ¡es formidable! Yo no
pienso que ninguno que tenga la oportunidad
de hacerlo diga ‘¡Ahí se ven, adiós, olvídense
de mí!’ Al contrario, creo que lo que
queremos es convertirnos en Rafa Márquez
para después ser seleccionados nacionales y
ganarnos la copa del mundo (ríe).
Casi al final de la entrevista, el actor
platicó acerca de los nuevos rumbos que
buscará en su carrera; “caminos naturales”,
como él llamó, a su deseo de producir
y dirigir algún texto suyo como ya lo hizo
su hermano Bruno con la cinta Crónicas
de un desayuno.
Pero explicó que las películas llevan
años de preparación, por lo que no se dijo
ansioso por iniciar, aunque sí por lograr
un producto de calidad.
“Es muy larga la vida de una película
desde que se concibe la idea hasta que la
ves en pantalla. Yo he hecho películas que
han tardado 10 años en estar listas, no
necesariamente es una fórmula que hay
que seguir; a lo que me refiero es que es
realmente muy complicado”, concluyó.