lunes, 9 de mayo de 2011

They are all around in LA, paisanos entre el sueño americano y el llamado de la tierra

Aportamos mucho a México, pero sus autoridades no nos toman en cuenta: líder migrante

PALOMA ROBLES (Enviada/Publicado en La Jornada Jalisco 01/05/2011)

“Güi ar ol arraun (we are all around)” dice con orgullo Benjamín Martínez, taxista originario de Cuquío Jalisco; hace más de 25 años que dejó su “rancho”, como él dice, para venirse al gabacho.

“Agarré mi mochila, me ayudaron unos primos que viven allá por Chicago para llegar con gente acá. Yo crucé por Tijuana, ya sabe, pues así nomás de mojado, antes era más sencillo, ahora todos vienen bien madreados, sin dinero, muy lastimados, yu nou, y yo creo que eso los hace ser más agresivos, como que reclaman pues”.

Agrega: “A mi familia me la traje al poco tiempo que llegué acá, mis hijos pues ya estudiaron, yo desde siempre me dediqué a la construcción, dicen que los mexicanos somos buenos para eso, aunque le diré que ya hay mucho oriental, chinos y coreanos, esos vienen con todo. Ya como estoy casi viejo pos me conseguí este trabajo, la llevo a donde quiera, ora sí que no me pierdo”.

Y es que Martínez se perdió mucho tiempo en las drogas, según relata, ahora más que nunca se dice fiel a la guadalupana, la imagen de la Virgen cuelga en el retrovisor, le acompañan San Judas Tadeo y un escapulario. Sueña con volver a México, “la tierrita llama” dice, al tiempo que reconoce que ya no sabría qué hacer a su regreso, “me compré un terreno y tengo una casita, pero pues no es lo mismo, aquí en elei me ha ido bien y no sé, como que no me animo a regresarme pa’atrás”.

Otros mexicanos corren con otra suerte, viven en colonias pudientes, recorren la ciudad en amplios vehículos detallados pulcramente, son empresarios y organizan convivios en sus “yardas” con alberca y meseros, también paisanos.

Es el caso de Mario Cárdenas, originario de Sinaloa y presidente de la mesa directiva de la Confederación de Migrantes Mexicanos que aglutina a una decena de clubes de paisanos que suman alrededor de 70 mil personas.

Cárdenas considera que los más de 22 mil millones de dólares registrados por la Secretaría de Hacienda como remesas deberían colocar al migrante como actor en la toma de decisiones políticas de México.

“Lo que yo considero es que todavía no nos han tomado en cuenta como debería ser, el que no podamos tener acceso al voto o no podamos estar representados es increíble. A mí definitivamente me parece inconcebible que en el lado de México no vean el poder económico que tenemos y por ejemplo aquí como hispanos tratamos de fortalecerlos pero al final de cuentas se toman más ventajas o nos ven más capacidad otras comunidades que nuestro mismo México”.

Cuestiona, “¿cómo puedes hablar de una reforma política, una reforma de Estado si no incluyes al migrante? Es triste que a una comunidad que aporta tanto a su país no se le tome en cuenta”.

El líder migrante destacó que el tema de la inseguridad en México ha alertado a los paisanos que viven en la Unión Americana, por lo que ya trabajan en conjunto con otras confederaciones a fin de hacer un pronunciamiento al respecto.

“El tema nos mueve, yo creo que si algo nos ha identificado es el término nostalgia, que yo creo que llevamos más a México. Yo creo que cuando uno está allá no reconoce ni valora lo que uno tiene, lo bello de nuestro país. La falta de oportunidades y la pérdida de valores dieron oportunidad a que el narcotráfico se instalara y permitió que mucha gente lo mirara como escape a la falta de oportunidades”.

Tal vez inspirado en el concepto de seguridad nacional que Estados Unidos promueve, no se manifestó en contra de la estrategia de combate emprendida por Felipe Calderón, antes bien dijo que es importante que ésta se ocupe también de resolver los temas de fondo como la falta de oportunidades, situación que ha motivado la migración de 12.5 millones de mexicanos que ven en su desplazamiento la puerta al sueño americano siempre aderezado con un toque de folclor.

Pero de vuelta al taxi, la seguridad nacional en los ojos de Martínez es un tema que también lo exalta, “Cuquío se puso feo, que dizque esos tales zetas andan ahí, ahora es más difícil para todos (…) ese Calderón lo único que hizo fue ora sí que caldiar (sic) al país, no veo que se vaya a solucionar nada, mejor que los dejen trabajar a los narcos, total, tantos años ya lo hicieron, nomás están matando gente y yo creo que mucha es inocente”.

De Santa Mónica a Downtown el trayecto llega a su fin, la premisa de Martínez se asume como correcta, los mexicanos están en todas partes, saludan detrás de una caja registradora, atienden en el hotel, en el bar, en la farmacia, llevan a los paseantes en taxi, limpian el piso del centro de convenciones y programan el sonido de un evento. They are all around.

domingo, 8 de mayo de 2011

SICILIA y el PERIODISMO

“Algo tenemos que hacer para que esto cambie”

Platicando el otro día con algunos compañeros reporteros discutíamos si la marcha contra violencia no era un juego más que los medios de comunicación solemos utilizar, a mi gusto, sin una agenda clara de lo que se pretende lograr.

Una reportera insistía que abanderar la causa de Javier Sicilia era olvidar a todos los “sicilias” que existen en el país, algo tenía de cierto, pero creo que la mañana de ayer quedó claro que hay un dolor muy profundo que a más uno incomoda y que los medios de comunicación nos quedamos cortos ante la situación del México roto que estamos viviendo.

El poder, las instituciones, así como el Estado y sus ciudadanos estamos rebasados, quizá mi tía la jipi lo explicaría algo así como que nos olvidamos de lo esencial. Pero qué puede ser esencial en el México de hoy, ¿comer, trabajar?

Ayer marché; lo reconozco, no fue silencio. Y como ciudadana de a pie me di cuenta que es bien fácil distraerse, perder la causa, el objetivo, terminé platicando con un político sobre temas políticos que al final del día, y en un contexto como el actual, valen madre. De haber cubierto la marcha como reportera hubiera encontrado la cita perfecta, la estampa emblemática, la crítica semiaguda, pero como cualquier ciudadana, sin ninguna condición o músculo de activista, me perdí en la masa. Me hubiera encantado estar en el DF, como que allá uno se toma las cosas más en serio.

Una vez llegados a la Plaza de Armas, hubo testimonios que encendieron el ánimo de algunos. Voces, -las mismas de siempre- que recordaron lo jodidos que estamos y lo mucho que tenemos por hacer y es en ese punto en el que yo, volviendo a mi condición de periodista, me dije: “Si Sicilia es la bandera de muchos y quien motiva a otros a abrir los ojos, lo que me toca a mí es no cerrarlos”.

A veces pienso que el periodismo es una forma de manterme alerta, consciente y aunque a veces la información embriaga, siento que si estuviera fuera de esto las distracciones serían mayores, (si así, se me pasan miles de cosas…) En fin, ya encarrilada en este proyecto, toca reconocer la enorme responsabilidad que como periodista tengo. Y así como 2008 en la liberación de la engreída de Ingrid Betacourt me di cuenta que verdaderamente quería estar de este lado, hoy 8 de mayo ratifico mi compromiso con lo hago.

Por último, sin duda de la marcha me quedo con el testimonio de mi maestra de economía de la universidad. Cuando me dio clases, hace como 3 años, aplicó y ganó un espacio de trabajo en la Secretaría de Economía, delegación Jalisco. Entonces se expresaba de Calderón con mucho respeto y admiración. Ayer en la marcha platiqué con ella, aquí reproduzco lo que me dijo; yo me quedé sin palabras.

“Ya no aguanto la presión, es mucha la gente que está pidiendo aunque sea una oportunidad, me parte el alma no poder ayudar a personas de bajos recursos como a jóvenes, que con doctorado, no encuentran dónde trabajar; los programas de gobierno no son los correctos, ni son suficientes. Pero yo no tengo margen de acción y para colmo de México nos están pidiendo reducir gasto en agua, ¡En agua! Qué más inoperantes podemos ser como Estado, mírame, aquí estoy con mi familia, algo tenemos que hacer para que esto cambie”. Y sí, algo tenemos que hacer.

Urge pasar de los qués a los cómos.