jueves, 3 de junio de 2021

Entrevista Demián Bichir

En México hay talento e Historias para hacer buen cine: Bichir

Paloma Robles

Publicado en Días de Cine La Jornada Jalisco 19/03/2010

Lejos del ajetreo que conlleva la agenda del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), Demián Bichir relata a La Jornada Jalisco que, de acuerdo con su experiencia dentro del mundo del cine nacional e internacional, en nuestro país no hay congruencia ntre los productos de calidad que ofrece el talento local y el apoyo a la industria del cine, misma que, prevé, en poco tiempo va a cambiar. “El público de México es uno de los más sensibles del mundo y está listo para recibir buen material y de primera calidad”, refirió Bichir, quien declaró que no se equivoca al decir que el Festival de Cine de Guadalajara no sólo es la ventana más importante del cine nacional, sino que es también un mensaje –que se ha prolongado a lo largo de 25 años– de que el cine mexicano, a pesar del poco apoyo económico y moral, trasciende a los gobiernos, “este festival, por fortuna, está blindado a prueba de sexenios”, dijo. Bichir manifestó que para el cine mexicano continúa siendo un problema latente el competir contra el mercado estadunidense, sobre todo porque se trata de la industria más importante a nivel económico y que, en términos de distribución, le resta espacio a los productos nacionales. En referencia a lo anterior, el protagonista de Hidalgo Molière expresó que “ha sido una labor ardua y constante el querer convencer al público para que vea cine mexicano y eso sólo lo puedes hacer mostrando buenos trabajos. Decirle al público que el cine de tu país tiene mucho más que ver contigo que con edificios volando y súper héroes e insistir en que en la dieta cinematográfica de la gente incluya también platillos mexicanos”. Puntualizó: “Claro que para eso se necesita que las reglas sean lo suficientemente justas a la hora del tiempo en pantalla de una película mexicana, yo confío en que tanto distribuidores como exhibidores, sobre todo estos últimos, jugarán un papel mucho más justo en esta historia”. –En ese sentido, ¿tendría que haber algún tipo de política pública para apoyar a los creadores? –Sin duda, se necesitan reglas más claras y justas y si no somos capaces de adoptarlas por propia voluntad, sí se va a tener que legislar sobre el asunto; se van a tener que realizar leyes que puedan garantizar reglas que sean más justas y equitativas para todos los que hacemos cine. –¿Para restarle poder a los monopolios que representan los exhibidores? –No se trata de quitar el poder o de negarle las posibilidades de ganancia a quien invierte en unas salas de cine, de lo único que se trata es de entender que ignorar al cine mexicano es una manera de hacerse harakiri; que no darle el espacio suficiente al cine mexicano, por ejemplo, un par de semanas como tope para sacar a una película de cartelera, es cometer un crimen; que si no hacemos eso por ayudarnos a nosotros mismos, que vamos en el mismo barco de la industria del cine, es terminar cometiendo –de alguna manera– un tipo de suicidio”, declaró. El actor insistió en que el problema es integral y abarca a todas instancias que conlleva la realización de un filme, incluso la labor del crítico que, según Bichir, también entra en esta lógica de autodestrucción: “Es como un crítico de cine, que con la menor desfachatez de un plumazo te dice: ‘No vean esta película, es una basura’. Lejos de estar haciendo un trabajo periodístico, estás también haciéndote un harakiri, es decir, que no es un problema que le atañe solamente a la gente que hace cine sino a los críticos, distribuidores, exhibidores. Al final de cuentas, el cine sí es una manifestación artística que es clave para mostrarle la identidad de un pueblo al mundo”, refirió. –Hacer cine en México es caro y tardado. Hábleme de su experiencia dentro de producciones extranjeras y de las diferencias que existen en términos de la realización. –Hacer un película mexicana cuesta relativamente poco en relación con una producción de España, Estados Unidos o Irlanda. Sin embargo, sigue siendo un problema enorme la falta de apoyo económico en el rubro. Calderón anunció que brindaría estímulos para los que quisieran filmar en México y yo digo que a eso se le debe agregar un apoyo claro y decidido a la producciones nacionales, sobre todo si queremos formar industria, si queremos recuperar millones de empleos que se han perdido. Yo les digo que la solución está allí en el cine, en la cultura y las artes de México. El cine tiene que verse como arte, pero también como negocio. Le toca también al Poder Ejecutivo fajarse los pantalones y decir ‘va’. Bichir reclamó que los distribuidores sean los que se lleven la mayor parte del pastel, “cuando quien debiera de recuperar su lana más rápido debería de ser el primero que la arriesgó, y no quien no corrió ningún riesgo. Yo no estoy diciendo de ninguna manera que alguien se quede sin su lana o que deje de percibir mayores cantidades de dinero, lo único que quiero decir es que se reparta de una manera más justa el dinero”. –¿Qué actitud ve en la lucha por este tipo de demandas de apoyo por parte del gremio? –No siento que el gremio ignore el problema, al contrario, estamos preocupados. No basta con decirlo, pero en realidad es que hay gente muy importante en las cámaras de senadores y diputados sometiendo equis propuestas para que se lleven a cabo estas leyes que, insisto, no pretenden llevar a la calle a nadie, al contrario, se pretende únicamente, que todos ganemos y que la cultura y las artes de este país subsistan de manera más justa. –El futuro del cine –en términos creativos– hacia dónde va, ¿existen buenas propuestas? –Si tomas en cuenta que de todo el cine que se hace en Estados Unidos, sólo un porcentaje muy pequeño vale la pena; nosotros, en ese sentido, tenemos mejor récord de bateo, porque filmando muchísimas menos películas al año le atinamos a más, entregamos mejores trabajos; eso debería ser suficiente para quien sea que quiera invertir en el cine y para quien sea que se quiera colgar la medalla de decir ‘nosotros hacemos buen cine para el mundo’. “Hay mucho talento en este país, pero hace falta presupuesto y espacio para apoyarlo. Siento que por este mismo problema las formas de filmar una película van tener que cambiar, se van a dejar de hacer películas de millones y millones de dólares. Lo más importante son las historias, y aquí las tenemos; algunos seguramente no le atinarán, pero yo no creo que le entre alguien hacer una película y decir ‘voy hacer una basura’, no creo, aunque sería interesante (risas)”. –¿Cree que haya habido fuga de talentos por la falta de incentivos dentro del país? –No creo que haya fuga de talento, más bien, cuando cineastas, fotógrafos, actores y directores trabajamos fuera de México es porque son oportunidades que se nos presentan y, como artista, no hay fronteras, el arte es lo único que trasciende perímetros geográficos, entonces, cuando se presentan esas oportunidades ¡es formidable! Yo no pienso que ninguno que tenga la oportunidad de hacerlo diga ‘¡Ahí se ven, adiós, olvídense de mí!’ Al contrario, creo que lo que queremos es convertirnos en Rafa Márquez para después ser seleccionados nacionales y ganarnos la copa del mundo (ríe). Casi al final de la entrevista, el actor platicó acerca de los nuevos rumbos que buscará en su carrera; “caminos naturales”, como él llamó, a su deseo de producir y dirigir algún texto suyo como ya lo hizo su hermano Bruno con la cinta Crónicas de un desayuno. Pero explicó que las películas llevan años de preparación, por lo que no se dijo ansioso por iniciar, aunque sí por lograr un producto de calidad. “Es muy larga la vida de una película desde que se concibe la idea hasta que la ves en pantalla. Yo he hecho películas que han tardado 10 años en estar listas, no necesariamente es una fórmula que hay que seguir; a lo que me refiero es que es realmente muy complicado”, concluyó.

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