Mikel, no habla aún, grita para comunicarse, todo lo bueno y lo malo sale de esa boquita de pato que constantemente babea por que ya le están saliendo los dientes.
Es un pequeño viajero, en su corta edad ya conoce varios países. Vino a Argentina 10 días, la pasamos increíble, es un pequeño guerrero. Aguantó calores y fríos, paseos en bus, caminatas largas en su cochecito ultra moderno, comió carne, verduras, dulce de leche y un montón de suero -por aquello de que la deshidratación-.
Es un pequeño viajero, en su corta edad ya conoce varios países. Vino a Argentina 10 días, la pasamos increíble, es un pequeño guerrero. Aguantó calores y fríos, paseos en bus, caminatas largas en su cochecito ultra moderno, comió carne, verduras, dulce de leche y un montón de suero -por aquello de que la deshidratación-.
De su viaje me quedo con dos imágenes: La de un niño maravillado con la inmensidad de los parques de Recoleta, pasmado ante tanto movimiento: la pelota, la bici, los niños, los juguetes en el piso, la pasta fría que le hice para el picnic en su mano. Aunque no lo crean, es un mundo completamente distinto al que conoce.
Tampoco voy a olvidar lo apurado de los papás en pleno pasillo rumbo a la garganta del diablo en Iguazú...el calor a tope, la humedad ni se diga; el niño lloraba y en el ambiente había duda de si debíamos seguir caminando o si mejor alguien esperaba con él en la sombra. Nada que una cambiada de pañal no lo resolviera, Mikel volvió a sonreír. Llegamos al fondo literalmente, la garganta. Mikel veía en silencio la furia del agua, la brisa le mojó la ropa, sus pelos chinos se prendieron. Todos tranquilos sentimos paz. Regresamos en lancha a la costa del rió Paraná, Mikel brincaba de felicidad sobre el plástico de la balsa.
Podría contarles un montón de anécdotas más, pero será luego. Por lo pronto lo siguiente:
Su mamá -mi hermana- me pidió que le escribiera unas palabras en su bautizo, reproduzco una pequeña carta que le hice para esa ocasión en enero. Lo hago hoy, por que me acorde que en este pequeño departamento bonaerense -donde ahora escribo- Mikel aprendió a caminar. Espero seguirle los pasos, capaz que luego nos encontramos en las nubes.
La verdad es que apenas tiene dos días que no lo veo y ya lo extraño... y si, soy una tía enfadosa.
Carta de una tía enfadosa:
Bienvenido Mikel, bienvenido al mundo, estas personas que están aquí son tu familia, tus papás, tus padrinos, tus abuelitos, tus tíos, tus primos, los amigos de tus papás, tus amigos.
Bienvenido Mikel, bienvenido al mundo, estas personas que están aquí son tu familia, tus papás, tus padrinos, tus abuelitos, tus tíos, tus primos, los amigos de tus papás, tus amigos.
Nosotros vamos acompañarte en tu vida, vamos a ser parte de tus momentos más gratos.
Todos estamos contentos de que estés aquí con nosotros. Todos esperamos con felicidad tu nacimiento y ahora festejamos contigo tu primer año de vida. Celebramos a lo grande el sentido profundo de tu nombre y te acompañamos en este inicio en la fe cristiana.
Hace un año eras pura ilusión, te imaginábamos, te pensábamos, tu mamá corría de una lado otro buscándote lo mejor para tí, tu papá trabajó con fuerza en muchas ciudades para proveer todo a tu llegada.
Ahora estás aquí y en el corazón todo ha cambiado. Tu llegada nos genera esperanza, nos renueva las ideas. Tu sonrisa nos hace sentir ligeros, tus abrazos nos reconfortan.
Lloras cuando toca dormir por que quieres seguir explorando los recovecos de una casa que ahora vibra con tu presencia.
Tenemos poco de conocernos, nuestra relación ha sido más bien virtual. Pero yo desde lejos te soñé muchas veces, te cargaba, te leía. Y aunque estuviera ausente, nuestro amor fue grande. Lo supe desde que nos volvimos a ver e inmediatamente extendiste tus brazos.
Ahora formas parte de mis alegrías y eso para mí es un regalo y solo puedo darte las gracias por permitirme estar este día aquí contigo, por esperarme muchos meses y celebrar conmigo la felicidad de conocernos y querernos.
...
Todos tenemos una historia propia, yo solo puedo mostrarte las cosas y las sensaciones que que a mis 28 años conozco y que me hacen sentir humana, te hago una lista que ya irás afinándola.
Por ejemplo, ahora ya conoces la felicidad de una mesa llena de las delicias que hace tu abuela Martha. Es increíble.
Pronto sabrás los secretos de las visitas al mercado con tu abuelo Felix.
Te vas a sentir feliz cuando llegue algún hermanito. Yo adoro sentir el cariño de mis hermanos, siempre están al pendiente de mí.
Vas a conocer a muchos amigos tuyos con los que emprenderás misiones imposibles. Con ellos que vas a jugar y reír hasta rendirse de cansancio.
Vas a descubrir olores que te recuerden cosas hermosas. El olor a campo fresco; el olor a viejo de la casa de Santa María y las tinas con maíz cocido, son mis favoritos.
También te encantará sentir la locura de una lectura que te haga entender al mundo. Y quizá allá en la juventud sentirás el temblor en las piernas cuando tomes tu mochila y viajes rumbo a un destino lejano.
Y claro no te olvides nunca de enamorarte de alguien con quien puedas construir tu propio mundo.
Hay otras sensaciones que también vas a conocer. Nos son del todo lindas, pero son necesarias, por que cuando nos reponemos nos hacen crecer como humanos. El dolor de la ausencia cuando alguien se ha ido. La ansiedad que generan las responsabilidades. La impotencia que se siente frente a la violencia.
...
En el mundo al que llegaste Mikel muchas cosas ya estás hechas, muchas cosas ya están dichas, la mayoría de las veces los adultos te insistiremos en que debes seguir el camino ya andado.
La cosa se complica cuando el entorno es voluble, cuando los atajos se presentan, cuando las posibilidades nos desvían, cuando las voluntades se imponen. Pero no tengas miedo, todo siempre es temporal.
La virtud en este juego de la vida consiste en encontrar en las formas estáticas que impone el mundo, esas pequeñas grietas que te permitan ser y que le den sentido a tu vida.
Así que no digas no, a caminar se ha dicho (sé que estás próximo a hacerlo). No te detengas, no te rindas, solo procura que tu andar sea propio, que tu tiempo sea tuyo, que la ruta la definas tú.
Ya sé que estás muy pequeño todavía, -esto parece un discurso de universidad-, pero yo procuraré ser siempre para tí fuente de libertad. Es un valor que solo los pequeños grandes como tú conocen, pero requiere de mucha sabiduría.
Por eso retomo al zorro del Principito y te digo: “No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. Yo te invito Mikel a que recurras siempre a tu corazón, que tu dulzura te guié ahí a donde estás llamado a ser luz, que la justicia, el amor, la honestidad y el perdón sean banderas en esta vida, que hoy, de la mano de grandes, de los diferentes, como lo fue Jesús, inicias.
Te adoro chiquitín
Tu tía Palo
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