jueves, 16 de octubre de 2008

2 de octubre… ¿qué se olvida?

40 años de recuerdo, de sufrimiento, de represión, de mano dura, velas, luto ¿En qué hemos cambiado?

Poner [el evento] en su justa dimensión…

Suele ser doloroso reconocer que fue un movimiento estudiantil inflado por las ganas de un gobierno que le urgía cortar cabezas (así decían antes...suena horroroso). Esto hace que el recuerdo de aquel 2 de octubre  de 1986 sea difícil de comprender para todos aquéllos que desde el idealismo de su generación siguen aún sembrando la semilla de la indignación en otras generaciones que sufren de demencia ó que “hacen como que la virgen les habla.”

Recuerdo cómo desde pequeña fui instruida a memorar, hablar y entender la fecha; si bien mis padres no eran universitarios en ése momento, si lo fueron años después, cuando la represión fue más fuerte y más silenciosa. Cuando pensar contra-sistema era más pernicioso que el resultado del capitalismo de hoy.

El dos de octubre, es fecha de recuerdo pero no para seguir manoseando la justa labor de unos jóvenes que si bien buscaban un México mejor, un cambio en las formas, despertaron a la despiadada clase política que no escatimó recursos para eliminarlos; logrando así la consolidación de fuerzas de un régimen más violento, una mano dura y un poderío que ni los secretos a voces, ni las manifestaciones, ni las revoluciones pudieron cambiar.

El 2 de octubre es fecha para resarcir nuestros ánimos de democracia de libertad, de seguir en pie de lucha por un México que a 40 años no sigue mejor, pero sí diferente.

Los adultos ( y sobre todo los de aquella época) dirán: “cómo han cambiado los jóvenes, ya no hay líderes, ya no hay ideales, ya no hay sentido de lo común.” Y la verdad es que no lo hay, en el sentido a la manera que las viejas generaciones nos lo exigen. Pero creo que a cuarenta años es necesario decir que lo que esa generación nos dejó además del recuerdo, son las ganas de no repetir los mismos errores, los mismos tropiezos.

El dos de octubre ennegreció un poquito más nuestra historia, pero también hizo tambalear al establishment, ése que aún a hoy sigue en la cuerda floja, ése que a hoy seguimos cuestionando pero que muy pocos se animan a retar. Lo digo por nuestro joven matemático que se atrevió a decirle espurio (agregué---asqueroso) Felipe Calderón Hinojosa -y fue reprendido por eso, en medio de un escenario de libertad y justicia para las nuevas generaciones-. 

Si tomamos esa mínima e irrepetible muestra de altanería, y la sumergimos en un ejercicio de comparación, con la cuantiosa masa acrítica que tenemos en nuestro crisol itesiano, los resultados son aún terribles. En el ITESO muchas veces el 2 de octubre ni se recuerda y cuando se habla de eso, es cuando se hacen exposiciones chafas de lo sucedido, jamás entendienden sus motivos, ni enmarcan los hechos, ni proyectan el evento a futuro o siquiera a presente. 

Aún así es memorable que unos cuantos itesianos todavía recuerden el evento. No si para resignificar el evento o como simple muestra de que seguimos enganchados al pasado. De ese año en que el estuve en el ITESO estudiando Ciencias Politicas y Gestión Pública solo hay fragmentos de libros que se escribieron con gis blanco en los pasillos. También se dibujaron siluetas de gente caída, que a algunos causó molestia, porque sí les molesta verse reflejados en el espejo de los que pudieron ser... 

Finalmente el 2 de octubre, como cada año, se esfuma en lo efímero del recuerdo o pasa desapercibido para las jóvenes generaciones, que también se olvidan o ignoran que en los últimos 15 días se han muerto más de 100 personas en Tijuana en una lucha ciega, tonta y cara por lograr un México mejor… todavía no sabía para quien pero parecen la misma cosa. 

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