sábado, 26 de enero de 2013

Soñar en Francés

Voici mon secret. Il est très simple: on ne voit bien qu'avec le cœur. 
L'essentiel est invisible pour les yeux.
A. de Saint Exupéry


Desempolvar mi francés es hacer una visita al pasado.

Es volverme a topar con mi primer día de clases en el Franco a mis cinco años. 
Es saber recordar mi primer "est-ce que jeu peut aller au toilettes" y sentirme grande y capaz de todo.

Es revivir cada uno de los hallazgos que tuve dentro de una cultura ajena  y que a lo largo de mi vida me ha acompañado y formado para ser una persona crítica, responsable y terriblemente existencial.

Desempolvar el francés implica volver a pensar en los años difíciles de la primaria y secundaria. Es volver a las consignas de orden y éxito que cada año se repetían en el discurso de mis profesores.

Es volver a sentir temor al fracaso, al la burla de no aprobar un examen, de no ser capaz de vivir en un mundo exigente. Mi mundo entonces se reducía a una escuela fea, con un árbol inmenso, uniforme de poliéster y compañeritos de nombres curiosos.
 Un mundo extranjero sumergido en una ciudad tradicional. Con costumbres encontradas, vacaciones continuas, gustos refinados que nos hacían únicos y raros.

Repensar el francés es volver a sentir el peso de mis decisiones. Saber que el futuro no se limita a unas paredes azules retocadas con pinturas de aceite. Es también reconocer que pese a los años difíciles la identidad se fue formando. Y a mi identidad se unieron grandes seres que a hoy me acompañan.

Revivir el francés es recordar mi precoz capacidad de decisión. Es saber -con inmensa ingenuidad- de qué va el futuro y sentirme capaz de enfrentarlo a los 14 años.

Es volver a viajar a las calles frías y húmedas de Francia con la sensación de que algo bueno me puede ocurrir. Son los largos viajes en tren, con mochila al hombro. Es volver a sentir paz en el silencio. Curiosidad por la vida. Volver a tener la sensación de que estoy llamada a algo.

Retomar el francés es saber que también puedo olvidarlo, empolvarlo, guardarlo en el cajón para cuando la casualidad me vuelva a tocar la puerta. Para cuando una visita llegue; para poner orden a mis pensamientos.

¿Hasta dónde nos puede llevar el lenguaje? 

Pienso que a mí me lleva más allá de los recuerdos. Me aterriza ahí donde están los aprendizajes de un pasado siempre presente. En Frances aprendí que el "je t'aime" no es un cliché, que la vida cobra sentido frente a la muerte y que el destino no siempre está marcado en la frente de todas las personas.

martes, 27 de noviembre de 2012

Aburrirse


aburrir (sinónimos):
  • cansar, hartar, fastidiar, hastiar, empalagar, cargar, molestar, agobiar
    • Antónimos: divertir, entretener, interesar, animar

Me robas el tiempo, dos horas contigo son como 10 minutos. Luego el tiempo vuelve a su normalidad . Me desacelero, me atempero.
No me aburro cuando no te veo. Pero el tiempo corre más lento. Si a eso le agregas que nos vemos poco, pues el tiempo se eterniza y entonces si me aburro. 

Prefiero los tiempos atemporales esos que no existen, esos que quiero inventar contigo.


viernes, 5 de octubre de 2012

Por fin las matemáticas me sirven de algo


Siempre me he considerado mala para las matemáticas. De hecho siempre tuve malas calificaciones en esa materia. El último año de prepa pase apenas con 6, luego de un par de extraordinarios.

Mi poca eficiencia en el tema me orilla de vez en cuando -sobre todo cuando estoy estresada- a soñar toda la noche que hago exámenes de matemáticas y que de pronto Monsieur Chauvet (el profe de dos metros y pelo blanco que tenía en secundaria) se acerca a regañarme que por que no me sé "par ceur" las reglas de las matemáticas . Horrible la escena -sobre todo porque la viví varías veces-.

Dicen que las matemáticas están asociadas a la lógica, y esa premisa me pone de frente dos cuestionamientos: ¿Soy mala por que no tengo lógica y no entiendo de lógica o mi lógica no es la de las matemáticas?

Mi nulo conocimiento de la materia no sólo me hace una torpe para sumar, restar y multiplicar, lo peor es que creó un handicap aparentemente muy necesario para la vida -decían los profesores-…Nada que una calculadora no pueda sanear, refuto.

En mi trabajo, las matemáticas son necesarias pero no únicas, basta saber aplicar la regla de tres, analizar estadísticas y con eso generar argumentos en defensa o en contra de un punto.
Sumar, sumar y sumar transa sobre transa, factura sobre factura para entender que esto no era tan complicado, simplemente es un negocio de nadie.
No entiendo por qué no se me dijo eso en mis años escolares; las matemáticas se vuelven practicas aliadas del periodista, siempre que este quiera invertirle dos dedos de frente a su trabajo.

Lejos de mis escenas de trauma de infancia y el handicap acumulado, yo sola he sabido encontrarle su sabor a las matemáticas y por qué no, a la economía en general.
La experiencia de vivir es ejemplo claro de lo que números -en un conjunto de posibilidades- pueden hacer en una persona cosas positivas o negativas.

 Sobre todo cuando se observa lo que pasa cuando uno suma y resta ideas.

Las ecuaciones de la vida

Hace unos meses desarrollé mi teoría de la economía del miedo, algo así como la economía de las emociones, muy inspirado en el "Egonómics" de Jon Elster.

Según mi observación, el miedo es moneda de cambio para mucha cosas, para ceder ante situaciones, para negarse a otras.
La gente lo sabe (nos lo hicieron aprender desde muy pequeños) todo es dominación… siempre que lo permitas.

El miedo como valor de mercado se sumerge en un mundo capitalista en donde unos ganan y otros pierden. 

En los últimos meses he pasado por una serie de situaciones que me hicieron analizar qué tanto estaba dispuesta a vivir negociando el miedo.

Y es que insisto, hacer cosas con miedo hace que innegablemente el otro gane o que los dos pierdan y eso no me gusta.
Hacer las cosas a cambio de miedo te hace también una persona jodida, tampoco me gusta.

¿Ven? Ésa es la lógica de mercado -así lo entiendo yo pues-, y como tal, siempre habrá alguien dispuesto a ofrecer más o a negarse a más por puro pinche miedo.

En esa lógica existen salidas. Una de ellas me gusta: el boicot al miedo. Así ni yo pierdo ni los demás ganan. ¡Vaya forma de neutralizar las cosas! Pues no es tarea sencilla.

El miedo es un valor clave en las relaciones de las personas, al menos las de mi generación, que ha sido fuertemente marcada por la cultura del miedo, de la incertidumbre…a veces traducida en violencia, más bien una generación que devalúa el respeto.

Pero más allá de boicots, me gusta pensar que al miedo se le puede neutralizar con amor -suena cursi ya sé, pero no está de más pensarlo- siempre que el amor no esté condicionado al miedo, al apego, a la inercia (tampoco es sencillo, pero no imposible).

Ayer me decidí a tomar nuevas rutas frente al miedo y creo que ahora sí Mr. Chauvet estaría orgullosa de mí, por que intento retomar la argumentación (lógica) que tanto insistió que aprendiera.

Las ecuaciones nunca fueron mi fuerte, pero creo que ésta que descubrí en medio de una conversación me da mucho sentido.

¿Qué pasaría si yo multiplico el tiempo con paciencia, le sumo todos los besos y abrazos necesarios, elevo el resultado a la potencia de cero incertidumbre algo así como confianza y resto todo rasgo del pasado?

El resultado: una súper buena chaqueta mental sobre cómo reorientar mi vida personal, y quizá una historia bonita llena de esperanza. Esto último es lo que más anhelo.

Por lo pronto toca ponerla en práctica, sin caer en la tentación de la prueba y el error -pues este juego se basa en el compromiso personal- tampoco se trata de justificar lo inevitable,  simplemente cuando no es, no es y punto. Eso no quita que yo siga pensando en que no me voy a dejar vencer por el miedo.

En lo que genero evidencias de mi nueva tesis, seguiré explorando en mis conocimientos básicos sobre matemáticas, tratando de hurgar en lo que sí conozco, en lo que sí me gusta, aprender a vivir  de una manera más chida, con valores propios y lejos de las lógicas tradicionales sobre qué sí y que no se debe sumar.


domingo, 20 de mayo de 2012

La tregua ronchil


Esta es una roncha curiosita con imagen de huella...
  Si, esto de las alergias ya trastornó mi psiqué.

Desde hace meses que tengo la sensación de que algo a mi alrededor se está moviendo. Bodas, muertes, despedidas, embarazos, distancias...todas se amontonan unas sobre de otras ocasionando en mí una severa preocupación interna. Mi mundo cambia. ¿Pero yo también?
En este discurso personal de que las cosas se están moviendo, me di cuenta que ha habido tremendas compañeras mías, que constantemente me recuerdan que transito por el mundo de lo incierto. Eso sí, encontrado cada vez con más luz, las pistas de que la bondad sigue presente en mi vida.
Confieso que estas compañeras de las que hablo no son las más fieles, ni las más animosas mucho menos tranquilas. En realidad son molestas, quejositas, chiquidadas, me mantienen alerta ante el mínimo adormilamiento de la piel. 
A veces pequeñas, otras veces monstruosas, siempre rojas y picosas. Se llaman ronchas, alergias...cabronas, da igual.
Desde la primera vez que entendí que las marcas que tenía el cuerpo no eran causa del ejercito de mosquitos -que según yo rondaban mi dermis- supe que curarlas no sería cosa sencilla.
Mi piel, esa frontera con el mundo, se ensancha ante el mínimo esfuerzo, tensión, pensamiento triste, como que si algo dentro procesara la vida de manera diferente o se sintiera harta de lo que ve, de lo que siente. 
Sí se lo que pasó en los últimos meses, pero no entraré en detalle. Sólo les diré que mi mente, mi corazón y mis anhelos llegaron al punto de quiebre, como cuando las macetas se rompen y la planta nunca vuelve a ser igual.
Derivada de la revolución interna, mi cuerpo se envolvió en principio de pequeñas manchas rojas, que luego fueron ronchitas y que después se convirtieron tortas ardientes y adictas a la cortizona. Ese maldito medicamento que llegó para jodernos la vida. 
Después de consumirla por tres meses y siete kilos más gorda, tuve la certeza de que la cura no la encontraría ahí. Recurrí a la homeopatía, un sistema lento pero seguro que me tiene por lo menos más cuerda. Luego vinieron los jugos, la programación neurolinguística y hasta el reiky... Si, ya sé, soy una exagerada, pero les reto a sobrevivir una comezón de 24 horas.
En el repaso de la sanación no debe olvidarse el momento de la incredulidad. En los nueve meses de enfermedad por lo menos tres fueron de absoluta irresponsabilidad. No hice nada por que juraba que nada me pasaba. 
Ahora pienso que las ronchas son una prueba en mi vida. A nueve meses de haber concientizado mi condición, creo que si esto hubiera sido un embarazo ya tendría entre mis brazos a un bello ser con cara de ronchita feliz.
Lo cierto es que con las alergias no hay vida más allá de lo que las paredes de mi cuerpo lo permitan.
Y después de tantos meses de comezón irracional, por fin empieza haber tregua entre los habitantes que ocupamos el cuerpo, la mente y el alma de Paloma. La situación sigue siendo complicada, ¿quién dijo que los pactos políticos eran sencillos?
La transacción entre los interesados ha fracasado en varias ocasiones pues la mente sigue obstinada en que tiene la razón y el cuerpo es apenas un bebé en el mundo que reconoce pero aún no controla. 
La voluntad llama a la inteligencia y sólo así mi piel permanece tranquila y a la vez expectante pues el miedo cede ante la efervescencia de querer estar mejor.
Ahora sé que todo está en una cabeza que domina cual dictador a un cuerpo que anhela estar en otro lado. Acompañado, ligero, seguro. 
Todo esto, en la cartelera de mis días. Sin duda este es un momento de redefiniciones.

 Valores, ideas, sueños que todavía conservo siguen en mi mente pero más en mi cuerpo, mi mundo cambia, yo sigo igual pero también diferente.
Y aunque en este momento mi situación de crisis no es tan dolorosa ni tan emocionante yo quiero resignificar mi cotidianidad y decirme abierta a lo que viene; dispuesta a ser más yo, para a mí y para los que comparten conmigo la vida.

viernes, 13 de enero de 2012

Miss Elotes

Si existe un dios, pues que bendiga a los eloteros de esta ciudad, si, hoy decidí que los eloteros merecen el cielo. Hoy comprendí que no hay nada más reconfortante que salir de trabajar y encontrarte a un elotero listo para atender con rapídez al amante del maíz.
Esos eloteros no se ven donde quiera, los de las esquinas de los templos y los que ahora combinan el elote con verduras y huevos cocidos tampoco valen... digo, no le saco a echarme un vasito, pero los buenos buenos, son los eloteros de vocación y no los agremiados a un sindicato.

El de ayer, se llamaba Martín, yo le calculo que tenía más de 70 años, pero sus brazos corriosos contradecían la inercia de sus arrugas. “Cómo le fue de inicio de año?”, me dijo. ¡Maravilloso! Un elotero ocupado de mi bienestar, -bueno, eso creí-. Lo cierto es que para ser elotero se necesitan obviamente frases que atrapen al cliente.

Yo no me resisto al olor dulzón que expiden las enormes ollas, baldes o tinas de aluminio repletas de elotes cocidos. Don Martín lo sabía y por se encargó de presentarme tres ejemplares para mi elección. Del fondo de la tina oxidada sacó un elote, que con la iluminación jodida que tiene esta ciudad, se veía dorado.
“Así con limoncito, sal y poco chile”, le dije, mientras la boca se me hacía agua.

Siempre que muerdo la fragilidad de los granos de un elote, me dan ganas de que la pieza se vaya alargando y así nunca dejar de comer. “¡Caray, este señor se merece el cielo!!”, pensé, y yo que creí que no había nada más jodido en una tarde que ir a una sesión del Instituto Electoral y...Saz, los milagros existen.

Creo que mi conexión con los eloteros viene de antes. Más bien viene de siempre. Mi abuelo paterno, al que nunca conocí fue elotero. No cualquiera, fue elotero en Los Ángeles California y luego en Chicago, de eso hace ya como 40 años.

Mi abuelo, mitigó la distancia y la soledad que cualquier viejo mexicano en Estados Unidos y decidió evadir las leyes gringas optando por vender elotes tiernos en las calles de la ciudad.

Mi papá asegura (y yo le creo) que mi abuelo Miguel no hablaba ni una palabra de inglés y que, a base de pura buena voluntad, buscó protegerse de los pandilleros que a pocas cuadras vivían de la su casa. La solución: regalarles el tesoro mexa... maíz tiernito con mantequilla.
Así, con la complacencia de sus compatriotas que veían en él el recuerdo de lo que no tenían en Estados Unidos, mi abuelo hizo un dinerito extra, luego venía al pueblo con regalos de “Sirs” - que en léxico Samaritense- significa Sears, una tienda departamental gringa.

Cuando como elotes, también recuerdo que era mi única motivación en mi infancia para salir a caminar todas las tardes con mi abuela materna -y dejar a un lado mis bricolajes- era el premio: un vasito chiquito de elotitos.
Vivíamos por Ciudad del Sol y dábamos dos o tres vueltas a la manzana, en el recorrido pasábamos por las esquina del antojito, y mi abuela me decía, “¿qué prefiereres, una paleta de hielo o un elote?”, juro y perjuro que el 95 por ciento de mis respuestas la mazorquita fue la elegida.

Ahora que mi abuela ya no está y que vivo en esos lugares en donde las tienditas, las heladerías y los eloteros son escenarios exóticos, pedir auxilio a un elotero es un acto que me remite a mi historia y me recuerda a los míos y por eso pido al dios del maíz la absolución de los eloteros, ojo sólo los outsiders como mi abuelo Miguel o Don Martín que andan en súper triciclos adecuados con bocina, cargando a los nietos y con sonrisa en la boca, repartiendo a amor -todavía- por 10 pesitos.

lunes, 9 de mayo de 2011

They are all around in LA, paisanos entre el sueño americano y el llamado de la tierra

Aportamos mucho a México, pero sus autoridades no nos toman en cuenta: líder migrante

PALOMA ROBLES (Enviada/Publicado en La Jornada Jalisco 01/05/2011)

“Güi ar ol arraun (we are all around)” dice con orgullo Benjamín Martínez, taxista originario de Cuquío Jalisco; hace más de 25 años que dejó su “rancho”, como él dice, para venirse al gabacho.

“Agarré mi mochila, me ayudaron unos primos que viven allá por Chicago para llegar con gente acá. Yo crucé por Tijuana, ya sabe, pues así nomás de mojado, antes era más sencillo, ahora todos vienen bien madreados, sin dinero, muy lastimados, yu nou, y yo creo que eso los hace ser más agresivos, como que reclaman pues”.

Agrega: “A mi familia me la traje al poco tiempo que llegué acá, mis hijos pues ya estudiaron, yo desde siempre me dediqué a la construcción, dicen que los mexicanos somos buenos para eso, aunque le diré que ya hay mucho oriental, chinos y coreanos, esos vienen con todo. Ya como estoy casi viejo pos me conseguí este trabajo, la llevo a donde quiera, ora sí que no me pierdo”.

Y es que Martínez se perdió mucho tiempo en las drogas, según relata, ahora más que nunca se dice fiel a la guadalupana, la imagen de la Virgen cuelga en el retrovisor, le acompañan San Judas Tadeo y un escapulario. Sueña con volver a México, “la tierrita llama” dice, al tiempo que reconoce que ya no sabría qué hacer a su regreso, “me compré un terreno y tengo una casita, pero pues no es lo mismo, aquí en elei me ha ido bien y no sé, como que no me animo a regresarme pa’atrás”.

Otros mexicanos corren con otra suerte, viven en colonias pudientes, recorren la ciudad en amplios vehículos detallados pulcramente, son empresarios y organizan convivios en sus “yardas” con alberca y meseros, también paisanos.

Es el caso de Mario Cárdenas, originario de Sinaloa y presidente de la mesa directiva de la Confederación de Migrantes Mexicanos que aglutina a una decena de clubes de paisanos que suman alrededor de 70 mil personas.

Cárdenas considera que los más de 22 mil millones de dólares registrados por la Secretaría de Hacienda como remesas deberían colocar al migrante como actor en la toma de decisiones políticas de México.

“Lo que yo considero es que todavía no nos han tomado en cuenta como debería ser, el que no podamos tener acceso al voto o no podamos estar representados es increíble. A mí definitivamente me parece inconcebible que en el lado de México no vean el poder económico que tenemos y por ejemplo aquí como hispanos tratamos de fortalecerlos pero al final de cuentas se toman más ventajas o nos ven más capacidad otras comunidades que nuestro mismo México”.

Cuestiona, “¿cómo puedes hablar de una reforma política, una reforma de Estado si no incluyes al migrante? Es triste que a una comunidad que aporta tanto a su país no se le tome en cuenta”.

El líder migrante destacó que el tema de la inseguridad en México ha alertado a los paisanos que viven en la Unión Americana, por lo que ya trabajan en conjunto con otras confederaciones a fin de hacer un pronunciamiento al respecto.

“El tema nos mueve, yo creo que si algo nos ha identificado es el término nostalgia, que yo creo que llevamos más a México. Yo creo que cuando uno está allá no reconoce ni valora lo que uno tiene, lo bello de nuestro país. La falta de oportunidades y la pérdida de valores dieron oportunidad a que el narcotráfico se instalara y permitió que mucha gente lo mirara como escape a la falta de oportunidades”.

Tal vez inspirado en el concepto de seguridad nacional que Estados Unidos promueve, no se manifestó en contra de la estrategia de combate emprendida por Felipe Calderón, antes bien dijo que es importante que ésta se ocupe también de resolver los temas de fondo como la falta de oportunidades, situación que ha motivado la migración de 12.5 millones de mexicanos que ven en su desplazamiento la puerta al sueño americano siempre aderezado con un toque de folclor.

Pero de vuelta al taxi, la seguridad nacional en los ojos de Martínez es un tema que también lo exalta, “Cuquío se puso feo, que dizque esos tales zetas andan ahí, ahora es más difícil para todos (…) ese Calderón lo único que hizo fue ora sí que caldiar (sic) al país, no veo que se vaya a solucionar nada, mejor que los dejen trabajar a los narcos, total, tantos años ya lo hicieron, nomás están matando gente y yo creo que mucha es inocente”.

De Santa Mónica a Downtown el trayecto llega a su fin, la premisa de Martínez se asume como correcta, los mexicanos están en todas partes, saludan detrás de una caja registradora, atienden en el hotel, en el bar, en la farmacia, llevan a los paseantes en taxi, limpian el piso del centro de convenciones y programan el sonido de un evento. They are all around.

domingo, 8 de mayo de 2011

SICILIA y el PERIODISMO

“Algo tenemos que hacer para que esto cambie”

Platicando el otro día con algunos compañeros reporteros discutíamos si la marcha contra violencia no era un juego más que los medios de comunicación solemos utilizar, a mi gusto, sin una agenda clara de lo que se pretende lograr.

Una reportera insistía que abanderar la causa de Javier Sicilia era olvidar a todos los “sicilias” que existen en el país, algo tenía de cierto, pero creo que la mañana de ayer quedó claro que hay un dolor muy profundo que a más uno incomoda y que los medios de comunicación nos quedamos cortos ante la situación del México roto que estamos viviendo.

El poder, las instituciones, así como el Estado y sus ciudadanos estamos rebasados, quizá mi tía la jipi lo explicaría algo así como que nos olvidamos de lo esencial. Pero qué puede ser esencial en el México de hoy, ¿comer, trabajar?

Ayer marché; lo reconozco, no fue silencio. Y como ciudadana de a pie me di cuenta que es bien fácil distraerse, perder la causa, el objetivo, terminé platicando con un político sobre temas políticos que al final del día, y en un contexto como el actual, valen madre. De haber cubierto la marcha como reportera hubiera encontrado la cita perfecta, la estampa emblemática, la crítica semiaguda, pero como cualquier ciudadana, sin ninguna condición o músculo de activista, me perdí en la masa. Me hubiera encantado estar en el DF, como que allá uno se toma las cosas más en serio.

Una vez llegados a la Plaza de Armas, hubo testimonios que encendieron el ánimo de algunos. Voces, -las mismas de siempre- que recordaron lo jodidos que estamos y lo mucho que tenemos por hacer y es en ese punto en el que yo, volviendo a mi condición de periodista, me dije: “Si Sicilia es la bandera de muchos y quien motiva a otros a abrir los ojos, lo que me toca a mí es no cerrarlos”.

A veces pienso que el periodismo es una forma de manterme alerta, consciente y aunque a veces la información embriaga, siento que si estuviera fuera de esto las distracciones serían mayores, (si así, se me pasan miles de cosas…) En fin, ya encarrilada en este proyecto, toca reconocer la enorme responsabilidad que como periodista tengo. Y así como 2008 en la liberación de la engreída de Ingrid Betacourt me di cuenta que verdaderamente quería estar de este lado, hoy 8 de mayo ratifico mi compromiso con lo hago.

Por último, sin duda de la marcha me quedo con el testimonio de mi maestra de economía de la universidad. Cuando me dio clases, hace como 3 años, aplicó y ganó un espacio de trabajo en la Secretaría de Economía, delegación Jalisco. Entonces se expresaba de Calderón con mucho respeto y admiración. Ayer en la marcha platiqué con ella, aquí reproduzco lo que me dijo; yo me quedé sin palabras.

“Ya no aguanto la presión, es mucha la gente que está pidiendo aunque sea una oportunidad, me parte el alma no poder ayudar a personas de bajos recursos como a jóvenes, que con doctorado, no encuentran dónde trabajar; los programas de gobierno no son los correctos, ni son suficientes. Pero yo no tengo margen de acción y para colmo de México nos están pidiendo reducir gasto en agua, ¡En agua! Qué más inoperantes podemos ser como Estado, mírame, aquí estoy con mi familia, algo tenemos que hacer para que esto cambie”. Y sí, algo tenemos que hacer.

Urge pasar de los qués a los cómos.

jueves, 28 de abril de 2011

L.A. beibi

Este blog mío se está volviendo cada vez más remilgosito, entiendo que mi abandono cobra factura cada vez que me atrevo volver a escribir en él. Como una planta que reclama agua o como una amiga que se emberrincha cuando pasan semanas sin procurala. Pero bueno, antes de comenzar con mi crónica de viaje… que al final es para lo único que ha servido este blog, asumo mi responsabilidad, que me perdone el dios de la web, no lo vuelvo dejar!!!
Solo después de esta boba introducción debo contarles que me encuentro en una de las ciudades que a mí me cautiva, Los Ángeles. Es increíble la hibridación cultural que vive esta urbe! Lo mexicano y latino mezclado con lo sajón y no sólo eso sino con el glamour y lo ranchero de esta ciudad entrelazado con lo parco pero a la vez colorido de sus calles y edificios, que neta hacen única la experiencia.
Mi inglés, que no supera más allá de los números y frases cortas, ha sido completamente innecesario creo que por eso toma sentido el motivo por el que estoy aquí, -para sorpresa de mucho, incluso mía- vine a La Feria Internacional del Libro en Español (FIL…LA) organizada por la UdeG, lo más chistoso es que vine a cubrir las actividades públicas del alcalde de Guadalajara, que se reducen a tres… una reunión con el alcalde de Downey… la inauguración de la feria y la presentación de un libro “Las calles Históricas de Guadalajara” se trata de una reedición a color de los tres tomos de Ramíro Villaseñor (1988)… perdónenme la ignorancia pero ni idea de quién es. En fin aquí estoy en un hotel semi oriental, escribiendo mis notas… mirando a la ventana con cara de satisfacción, jajaja.
El calor, el dios carro y los políticos tapatíos aderezan cada lugar… quizá la insaboren pero está chido… en realidad nunca me han perturbado.
Highliths
Ayer por la tarde antes de salir de Guadalajara me tocó ver a Raúl Padilla documentar y subir al avión… lo acompañaban tres chicas guapísimas, el bato se fue en primera clase… a la chics las mandó a volar con la perrada! A su llegada al aeropuerto una lumosina pasó por él… no supe más. Hoy por la mañana lo volví a topar en una revisión que hizo a las instalaciones de la feria con su séquito de profesionales.
Qué personaje tan más intrigante… la escena que guardo en mi corazoncito es la del bato con traje gris, cabellera al tono y cachetitos rosas ahí parado como cualquier mortal frente a un oficial de migración… sin duda lo digo todos somos iguales por más poderes fáctios y de membrete que podamos tener!Del gober… y don copetín pues después les platico… se viene lo bueno hay si! jajajaja

martes, 19 de abril de 2011

“Es un error pensar que la revolución en Egipto se hizo desde las redes sociales”

Gigi Ibrahim, vocera oficial del movimiento insurgente del país africano estuvo en Guadalajara

Paloma Robles publicado en la Jornada Jalisco (06/04/2011)

Es difícil encontrar adjetivos para descifrar la energía que Gigi Ibrahim genera en cada frase que acompaña con una enorme sonrisa blanca, que a su vez, contrasta inmediatamente con sus ojos negros, profundos, perfectamente maquillados. Parece haberse comido el mundo a puños y ahora tiene urgencia porque todos saboreen las delicias de la libertad; al menos eso se siente cuando de manera espontánea, pero elocuente, dice frente a un público tapatío –agobiado por la pesadez de la tarde– “que es un error pensar que la revolución en Egipto se hizo por invitación en Facebook o Twitter”.

Esta egipcia de apenas 24 años de edad se convirtió en la vocera oficial del movimiento insurgente de aquel país africano. Ibrahim es todo un ícono de las redes sociales, sus dos mil 891 amigos de Facebook y sus 11 mil 980 seguidores de Twitter lo comprueban, aunque ella con modestia prefiere decir que ahora su papel es el de una ciudadana cibernauta, con mayor responsabilidad.

La joven estudiante de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de El Cairo reporteó de manera independiente cada una de las protestas generadas por grupos opositores al régimen de Hosni Mubarak quien gobernó al pueblo egipcio por más de 30 años y cuyo poderío le valió –según la propia Gigi– su derrota el pasado 11 de febrero tras 18 días de intensas manifestaciones, que a gusto de la entrevistada, se basaban en “la esperanza de vivir un futuro mejor”.

“La revueltas en Túnez nos dieron valentía para decir sí se puede, nosotros también lo podemos hacer, claro no sabíamos cuándo iba a suceder”, refirió en la ponencia Plataformas tecnológicas, redes sociales y acción política, convocada por el Instituto Electoral del Estado de Jalisco dentro del seminario internacional Tecnología y participación ciudadana en la construcción democrática.

Posteriormente la activista concedió una entrevista a La Jornada Jalisco en la que reconoció que la lucha sigue, “no podemos parar ahora, no podemos parar lo que hicimos, tenemos que trascender la confrontación y expandir la revolución con las mismas tácticas que usamos antes, pero de manera más profesional y más institucionalizada; todos los movimientos sociales y activistas necesitan representación y contribuir en plataformas políticas de partidos. Yo por ejemplo, trabajo de cerca con los liberales y las ligas de obreros independientes y ahora están formando las bases para fundar el Partido Liberal Demócrata, no hay que olvidar que ése era el objetivo de la revolución tener la representación del pueblo en la toma de decisiones y en la formulación de las políticas”.

“Me encantaría ver en mi país una democracia directa, lejos del modelo americano en donde se elige a electores que a su vez votan, digo, eso no es democracia, no juzgo pero no quiero una democracia occidental. Egipto necesita una democracia generada desde las bases y que la gente sea realmente escuchada. Cada institución necesita tener sus mecanismos de representación y mantener un sistema de pesos y contrapesos, para hacer transparente la gestión y que esta pueda rendir cuentas”.

La politóloga señala que esto tomará su tiempo “será otra gran batalla”, pero la muerte de muchos en la revolución “tomará sentido si logramos conformar un Estado democrático, quizá no me toque experimentar los resultados ahora, en lo inmediato, pero posiblemente en 20 años serán tangibles las instituciones y se logren otros consensos, pero eso tomará tiempo”.

La clave del éxito, para Gigi Ibrahim será mantenerse fiel a sus convicciones, esas que hace apenas unos meses le hacían mentirle a su familia diciéndoles que iba al cine para poder asistir a una manifestación y que ahora son motivo de orgullo y compromiso.

La sonrisa de Ibrahim es de triunfo, ella sabe que ya hizo historia, incluso como en toda guerra ella ya escribió su parte, pero la revolución no sólo le ha abierto las puertas al mundo, a la política, a la fama sino que le ha permitido entender que se debe seguir trabajando por lograr vencer las pequeñas batallas de lo cotidiano.

Y con palabras que brotan con verdadera experiencia comenta: “todos podemos tener pequeñas revoluciones ya sea en tu vida personal, profesional o social. Sentirte empoderado por ti mismo, por tus propias habilidades de cambiar tu futuro en busca de algo mejor y hacerte cargo de tu propia vida en cualquier aspecto, eso es posible”.