domingo, 9 de marzo de 2008

Uribe Paraco El Pueblo Está Berraco!


Jueves 6, una masa importante se dirige a la Plaza Bolívar, hoy no hay apoyo del gobierno, salvo algunas alcaldías como la bogotana que se une a la causa. Hoy no hay pancartas exquisitas, no hay playera conmemorativa, no hay sonido ni tarimas imponentes, no hay himno nacional. Muy poca prensa . Solo hay gente vestida de negro, como símbolo del luto que cubre al país, a ese otro país arrasado por la guerra de más de cincuenta años. Una guerra de violencia y silencio. De desplazamientos, de desapariciones, de asesinatos injustificados. Hoy la marcha es para resarcir a todos aquellos que fenecieron en una guerra injusta, un guerra contra la inhumanidad del Estado, del paramilitarismo, de los agentes protectores que cuidan el capital privado, que no permiten el uso de la tierra, que limitan a libertad de 4 millones de movilizados y de más de 10 mil desaparecidos.

La marcha del 4 de marzo nunca la voy a olvidar, por que fue una marcha sincera, una marcha de verdadero dolor. Una marcha de gente real, de gente que conoce su condición y exigen respuestas de su gobierno, no de actores ilegítimos. Busca réplica por que supone encontrarla y si no de paso busca apropiarse de sus calles, para demostrarle a otros connacionales que la lucha sigue. Que las acciones del gobierno no han llevado a nada, que el dolor que carcome a este país y que no le permite recuperarse, está hoy igual o peor que en otros años.

Yo calculo que fueron más del millón, ancianos, señores, jóvenes muchos jóvenes, en su mayoría los más expertos en el arte de la manifestación. Auténticos poseedores de las calles, jóvenes que exaltan su situación de estudiantes, que saben que es un camino a su desarrollo, jóvenes que no han decidió dejar su país y que reclaman soluciones desde su trinchera.

El escándalo mediático en torno a la dichosa marcha no se dio a esperar, todo lo contrario. Quien estuvo en esa marcha fue catalogado por el ordinario homo videns como guerrillero. Anti patriótico, anti-colombiano. Yo no creo tal cosa, no creo que las marchas tengan fondos distintos más que poner fin a la violencia, de quien venga.

Del 6 de marzo no olvido los mensajes de los desaparecidos, los gritos incesantes de los estudiantes, los perfonamance en plena calle, las fotos, huellas en el piso, los grupos indígenas ofreciendo su música, pero sobre todo no olvido a los niños, unos cargando mochilitas blancas con dibujos de sus casitas que un día abandonaron, niños cargando un jaula en su cabeza, niños pintados en la cara como símbolo de su raíz ancestral, niños o mejor dicho bebés en brazos que asisten a su primera (esperando vanamente a que sea la última) manifestación por una vida mejor, una vida sin violencia, una vida digna para cualquier otro ser que desee venir al mundo. Niños comprometidos con una Colombia nueva.

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