miércoles, 3 de noviembre de 2010

2 DE NOVIEMBRE

Los tapatíos no faltan a la cita con los suyos, con los que partieron esperanzados

“A la juventud no le importa la vida, mucho menos la muerte”

Ver las tumbas es como recordar que sigo de pie, que vivo y que tarde que temprano me voy a ir también, pero prefiero pensar en la muerte con más desapego, dice Jesús

PALOMA ROBLES

Públicado en La Jornada Jalisco 3/11/2010

Con el norteño, el mariachi o con la voz desnuda; una canción para los amados ausentes el 2 de noviembre en el panteón tapatío de Mezquitán
Con el norteño, el mariachi o con la voz desnuda; una canción para los amados ausentes el 2 de noviembre en el panteón tapatío de Mezquitán Foto: FOTO HÉCTOR JESÚS HERNÁNDEZ
Más de 400 mil tapatíos recorrieron los camposantos públicos el día de ayer
Más de 400 mil tapatíos recorrieron los camposantos públicos el día de ayer Foto: FOTO ARTURO CAMPOS CEDILLO

◗ DÍA DE MUERTOS

“Es mi primer Día de Muertos, el primero que estoy aquí, mi hermano Saúl se murió en enero, tenía cáncer de páncreas, no resistió mucho su tratamiento”, señala Lupita Linares quien cargaba la mañana de ayer con flores, pan, una cerveza y hasta un platito con chiles rellenos para su difunto. “También le traigo sus cigarritos, ya al final ni podía fumárselos, vine sola, soy soltera, mis sobrinos ni se acuerdan de que hoy es día para festejar a su papá, quién sabe si mi cuñada venga, no nos hablamos”.

Ayer 2 de noviembre los cementerios se abarrotaron. En el panteón de Mezquitán miles de deudos circularon entre criptas y tumbas en su mayoría en abandono. Según contabilizó la Secretaría de Seguridad Ciudadana, al cierre de las 14 horas un total de 403 mil 318 personas habían ingresado a los cinco panteones municipales desde el pasado domingo.

Algunos parientes montaron altares pequeños, unos más renovaron fotos; rezaron el Padre Nuestro, el Ave María también. Los más pudientes pagaron canciones para sus muertitos, ahí estaban los mariachis para complacer a los dolidos, a los que aún le lloran a sus padres, a sus hijos.

Las tortas, los jugos, el yogurt, las nieves raspadas, y hasta cervezas en la bolsa, todo lo necesario para convivir con la familia un par de horas en recuerdo de los que ya se adelantaron en el camino. Los más duchos llevan cobijas y sábanas para cubrirse del sol.

Para Doña Carmen Sandoval, la muerte de su hija aún es motivo de llanto, “fueron muchas complicaciones, no sabría decirle de qué murió”.

Victoria su hija falleció hace ocho años, dejó un par de hijos que al parecer ya son mayores y tienen sus vidas resueltas, según relata la mujer que carga con un paraguas, viene sola.

Doña Carmen de 78 años suele ir cada tres meses a ver a su hija, no es la excepción este 2 de noviembre, “estas son propiedades del esposo, también ya murió, yo ya quisiera también morirme, pues ya uno de viejito pues qué hace, nomás estorbar”, dijo.

Como ella, la mayoría de los visitantes del Panteón Guadalajara eran adultos mayores, muchos acompañados por sus nietos, al respecto Doña Carmen sentenció que, “a la juventud no le importa la vida, mucho menos la muerte”.

El comercio en los alrededores y el interior de los cementerios no paró, “le llevo agua, le limpio su lápida, dígame yo le sigo”, gritaban los muchos niños y señores que ayer hicieron su agosto. Por escasos 15 o 20 pesos, barren, limpian las lápidas, desinfectan los floreros, y ayudan en el montado de los adornos.

“Aquí nos ponemos cada año, la colaboración es voluntad de cada quien”, comentó Rogelio Martínez, que habitualmente se dedica a la venta de películas piratas en diversos tianguis pero por tradición de su familia tiene ya 12 años ofreciendo servicios en los panteones el Día de Muertos.

Los aparta-lugares o franeleros –como suelen ser conocidos–, tampoco se contuvieron tanto en el panteón de Mezquitán como en el Guadalajara; 20 pesos la tarifa mínima. Muchos de ellos vecinos aledaños a los cementerios; los niños fueron los más afanosos en buscar lugar a los visitantes.

Según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana un total de 30 personas que se encontraban apartando lugares en la vía pública fueron detenidos. El titular de la dependencia, Servando Sepúlveda, detalló que la policía apercibió a los aparta-lugares a fin de que pararán el negocio, al negarse, fueron remitidos a los juzgados municipales. No hubo incidentes mayores, expreso el funcionario público.

Y como cada año, los panteones se llenaron de vida en el festejo a la muerte, unos más tristes que otros. La mayoría de los visitantes convencidos de que en la memoria no deben escapar los recuerdos de los seres que se quieren y aún se recuerdan.

Jesús Ibañez acompañado de sus hijos, refiere que sus seres queridos son “algo que llevo en el alma, mi papá, mi mamá, dos hermanos y una tía, a todos ellos los conocí y a todos ellos los recuerdo a diario, incluso a algunos los sueño. Ver las tumbas es como recordar que sigo de pie, que vivo y que tarde que temprano me voy a ir también, pero yo prefiero pensar en la muerte con más desapego; total es sólo carne, lo bueno lo llevo aquí”, declara el hombre mientras se señala el corazón.

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