lunes, 1 de noviembre de 2010

Santa Chila

Inauguran gimnasio municipal en honor a Juan José El Goofy Montes Valderrama
Paloma Robles
Publicado en La Jornada Jalisco 17/10/2010

La mañana fría y el ánimo de los vecinos de Santa Cecilia se mostraba ardiente, unas decenas habitantes del barrio en mención acudieron a la inauguración del Gimnasio Municipal de Boxeo Juan José “El Goofy” Montes Valderrama en honor al joven boxeador, campeón mundial juvenil Súper Mosca.

Goofy como le pusieron en el barrio, es el apodo de Juan José Montes Valderrama, boxeador profesional originario de Santa Cecilia, al oriente de la ciudad, uno de los barrios más bravos del municipio.

“Aquí es mi barrio, aquí yo me hice” enunció el delgado atleta quien se dijo muy honrado por la condecoración que le hizo el municipio de Guadalajara, al nombrar al nuevo gimnasio con su nombre.

Las mujeres luciendo sus mejores galas deportivas, el ambiente parecía de fiesta, música, personas y mucho ánimo, los niños jugando, concursos para los asistentes, todos a la espera del presidente municipal. En el altavoz se escuchó la voz del animador anunciando que el alcalde Aristóteles Sandoval no venía a la inauguración, a los pocos minutos se cortó el listón de apertura.

“Diario es lo mismo”, decía una mujer con libreta en mano, se trata de Cecilia Barajas, integrante de la contraloría social del barrio. Ella junto con las señoras Manuela, Betty, Doña Rosa y Esperanza se encargan de invitar a los vecinos a los eventos del ayuntamiento, siempre bajo la consigna de que el primer edil tapatío los visitará. Lo cierto es que con la de ayer van tres citas que el alcalde desatiende, según comentaron las señoras. Una de esas ocasiones fue cuando festejaron a las mamás con un baile al que asistió la banda Los terrícolas.

Pero el ánimo no decayó, The eye of the tiger como música de fondo y el derechazo que le propinó el filipino Richard García a Goofy hace tres semanas en Nayarít, le dieron un look de un verdadero campeón, los niños lo saben y por eso corrieron a que les firmara sus playeras.

En posición de guardia Goofy posó con los aficionados que antes eran sus vecinos; ahora el deportista parece de otro planeta, hasta su acento suena extranjero, enfundado en ropa de marca y portando un vistoso reloj Dolce Gabbana, este joven de apenas 21 años de edad no escatimó en repartir autógrafos y besos a todas sus admiradoras.

“Es una gran motivación en mi carrera tener una escuela con mi nombre, y es una gran responsabilidad y más que nada me motiva a dar más y poner en alto esta escuela”, declaró a la prensa, “la verdad, no es lo mismo ser un boxeador a ser un maestro, pero bueno, aquí vamos estar para que la gente se motive”, señaló.

“¿Cómo le hago para ser como él?” le preguntan a Rosa Alicia Valderrama (madre del deportista) las decenas de niños que a diario visitan su casa para ver los trofeos y preseas que ha ganado Goofy. Ella les contesta que, “desde chiquito nació con ese talento”.

Relata que un día se peleó con su hermana y “¡zas! que le rompe la nariz, cuando la llevamos a la clínica nos dijo el doctor, ‘este golpe sólo lo pudo haber dado un boxeador’ y ándele que le atinó, tenía apenas 11 años.”

Según comentó la mujer, desde que su hijo comenzó en el box a la edad de 14 años, ella ha sido quien más lo ha apoyado, “su papá no quería pero yo le decía ándele m'ijo friégueselos y se peleaba con los de la cuadra y hasta desmallados los dejaba”.

Se muestra orgullosa por su retoño, pues logró destacar no sólo en el barrio sino a nivel internacional, lleva a sus 21 años de edad tres cinturones de oro ganados por competencias profesionales y dos en categoría de amateur.

“Pensé que era un juego, él sólo le cargaba las mochilas a los muchachos que hacían box y pues salió bien bueno, ahora le digo échele ganas por que quiero el cinturón, el mero bueno. –¿Cuál? Se le pregunta– “pues el del mundo”, contesta la mujer quien asume con firmeza, “yo le dirijo la porra”.

Y es que el barrio lo vio crecer y festeja con él sus triunfos, ahora el boxeador asegura que prefiere dejar de lado las riñas de calle para dedicarse a los golpes de paga. “Aquí hay mucho vándalo y de repente se quieren aprovechar de mí y eso fue lo que me motivó a entrar al box, pues uno siempre ha sido vago y la verdad siempre los golpes los daba en la calle pero bueno, los golpes de la calle la verdad ya no me interesan, ya ahora vamos por los golpes de paga”.

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