jueves, 4 de noviembre de 2010

DIEGUITO VS LOS SICARIOS

(FOTO:Paloma Robles) Tomada en Lomas de Tabachines... no es ninguno de los mencionados en el texto, pero ilustra re bien lo que me sucedió.

Algo, a mi gusto muy grave está sucediendo en México, y que quizá el presidente Calderón, en su terca obsesión por mantener una guerra en el país, no ha tomado en cuenta.

Yo lo califico como las externalidades que en todo cálculo político se deben de consideran antes de definir un rumbo de gobierno.

El viernes pasado me pasó algo muy curioso, seguro a algunos ya se los comenté pero bueno... he aquí la historia y mis comentarios al respecto.

Salía de mi casa el viernes pasado, me dirigía rumbo a la redacción, era casi las 5 de la tarde, un trío de niños caminaba por la calle del fraccionamiento donde vivo, todos vestidos con uniformes de colegio privado, gozosos se dirigían al jardín comunal, descendí la velocidad, esperando que ninguno de ellos se cruzaran en el camino. Creo que hice mal. Los tres se postraron frente a mi carro, dije, “ah es un broma”. Sonreí, pensé que a lo mejor me dirían algo pero no. Sacaron de sus espaldas unos juguetes poco amigables. Uno de ello mostró un cuernito de chivo de plástico, con puntita naranja, los otros dos se limitaron a apuntar su pistolas calibre 28…creo.

Se sentían malos, me tenían presa (por segundos); primero de dio risa, luego cuando vi las armas apócrifas...me dio coraje, bajé el vidrio y me salió sin pensarlo, “chiquillos babosos”.

Cómo es posible que unos niños, sin necesidad alguna de educación, áreas de esparcimiento y oportunidades para su futuro se diviertan jugando, ya no a los policías y ladrones, sino a los sicarios!!

Es absurdo; primero que existan ciudadanos y en algunos casos padres que no se conmuevan con 30 mil muertos en el país fruto de la guerra contra el narco, y con terrible cifra decidan comprarles a sus hijos ese tipo de juguetes bélicos.

Segundo, es absurdo que los morros de hoy en día sientan que la identidad, el poder y la diversión la poseen los “malos” –sé que me arriesgo con el término pero no encuentro otro por el momento- lo cierto es que el lema “el pez gordo se come al pez chico” está completamente interiorizado. No es posible que es al final del día ése sea el mensaje de la guerra caprichosa de Calderón.

¿Qué sigue? –me pregunto- morros, gandayas o atajistas, capaces de pasar por encima de cualquiera a cambio de fuerza, poder, identidad, esa que no les pudieron dar los padres, los amigos, los colegios, incluso las religiones, hablo al menos por la católica, a la que pertenezco al igual que el más del 80 por ciento de la población en este país.

Como detalle chusco les comento que ese mismo día, me topé con una decena de niños en un evento del DIF Guadalajara, todos pertenecían a la escuela urbana 808. Llevaban unos dibujos sobre adicciones y violencia intrafamiliar, se los iban a entregar al presidente municipal. Me quedé paralizada con Dieguito Pérez que con apenas 8 años de edad me dice: “Yo le voy a preguntar al presidente que por qué si hay 125 municipios en el Estado siendo que 52 por ciento de los niños en la calle están en Guadalajara”. La pregunta era muy buena y había que  desperdiciarla, lástima que Aristóteles Sandoval no fue ese día. Peeeero después vino lo mejor: Dieguito, con toda seguridad me dice, tras preguntarle si el dato lo consiguió de algún periódico: “Los periódicos no informan sobre los verdaderos problemas del país, sólo escriben notas”. Le pregunto: ¿Cuáles?-----> “pobreza, narcotráfico, desigualdad”, no dije nada tomé sus datos y me guardé el dolor de la cachetada en sentido figurado que me dio. Por eso hoy les cuento esta anécdota, para decir que sí, los medios pocas veces informamos sobre los verdaderos problemas del país.

“Mea Culpa”, asumo lo que me toca y me pongo a trabajar para que niños como Dieguito tengan mejor información día a día y también para que esos niños encapuchados mini sicarios “fakes” y candidatos a ninis, tengan al menos alternativas de divertimento. 

1 comentario:

Jimena Romero dijo...

Me encanta... me encanta...